domingo, 15 de enero de 2012

Dijeron los mayas

Para empezar el año, basta hablar del viento y de los días despejados. De ese gato negro sobre mi carro y de la estrella en la bandera de aquella isla donde dejé todos mis poemas de ron.
Ahora no sé contar historias ni cantar canciones, igual que nunca supe escribir poemas ni reconocer voces.
En cambio lo que hago es brincar en los pasillos, suavecito sí, como quien suelta un pollo contento.

1 comentario:

Dani dijo...

brinquitos y sueñillos en cámara lenta (y con poquísimos carros), qué bonito el fin del mundo.