jueves, 1 de enero de 2009

200

Todo tiene que ver con el cero.
Los árabes inventaron el cero. Por eso es que los años son hasta que terminan y no cuando empiezan. Este año no va a ser hasta que termine el próximo 31.
Hace un tiempo hacía recuentos, y aunque esa no era mi intención inicial cuando abrí este cuaderno debo admitir que sí lo consideré.
Lo consideré hasta que el gusanito medidor cayó del techo a las 12:36.
Era un gusanito medidor.
Pensé en escribir sobre las ambulancias y su sonido mezclado con el de la pólvora. Una metáfora adecuada de los buenos y malos tiempos.
Pensé en cuentos. Especialmente luego de que me tomé un trago de whisky, incitación y tradición de mi tío abuelo.
Luego, cuando se fue la luz, pensé mucho más. La noche es siempre una inspiración... y con tanta guerra, bomba, misil y muerto, con más razón.
O puede que simplemente describiera la bienvenida en familia del año nuevo... Exquisita es.
Este año hablamos sobre mulas.
Sin embargo, todo lo anterior es irrelevante.
Puede más mi gusano diminuto y su paciencia. Su convicción. Su tenacidad!
Es un gusano, cayó del techo. Tiene su forma, se mueve así... lo ven?
Es perfecto en su mundo, pero aún así intenta subirse en esta hoja.
Sigue, sigue, quiere ser feliz? Supongo...habría que definirle felicidad (estimo que comida, temperatura y protección?)
Simple, simple. A su ritmo. Mínimo.
¿Una hoja que lleva el viento?
No, estimados lectores. Un gusano.
Feliz 2009

1 comentario:

Diego Zúñiga dijo...

Los sonidos de nuestro entorno se convierten en la señal clara del contrastante mundo que vivimos, ambulancias y polvora al unisono, alegría y tristeza que se mezclan en una misma ventana del tiempo...