jueves, 19 de junio de 2008

Eco bravo

Estuvo fantástico, conocí personas increíbles y aprendí mucho. Aprendí la diferencia entre estribor y babor (no sé si se escribe así), y entre proa y popa. Hice amigos en el puente que me apodaron Turrialba.
Se diferenciar un booby de un zula. Sé que se debe y no se debe hacer para inmovilizar un silky.
Sé como pescar efectivamente a un tiburón tigre.
También aprendí algo de códigos de aviación/navegación
Sí, me frustré en algún momento, pero porque creí que no podía lograrlo. Pero trabajé bien y de paso conocí un trozo del paraíso.
Esa isla es mágica.
Y puta, gente... cuidemos de la naturaleza! Fíjense que lugares como estos quedan pocos.





Foto de Diego Mejías

5 comentarios:

la pequeña cris... dijo...

q chiva es trabajar con marviva!

Luna Místika dijo...

mi brete no será marviva (y muy lejos de serlo, lamentablemente) pero al menos tengo una ventanita que me regala atardeceres hermosos... así que no me quejo mucho, aunque te envidio mucho jejeje

Unknown dijo...

no no envidia no!!!

-Oli-LoRe- dijo...

Jajaja Nice todos te odiamos, pero es odio del bueno jajaja...
No no, la verdad que tan chiva, y que dicha que regresó completita, apesar de su falta de instinto peliculero

Daniela dijo...

Yo ya no la odio... Al contrario, me alegro de haberla terapiao para que fuera enana, que dicha.
Me encanta que a la gente genial le pasen cosas geniales, aunque sea esporadicamente, esos ratitos de infinita sorpresa y maravilla son bien merecidos.