Ayer fue la marcha por la autonomía universitaria.
Fue un éxito.
Algunos compañeros organizadores estaban bastante agüevados, porque les cancelaron el concierto a última hora, pero sacando el lado positivo, de fijo habría sido una mojada terrible.
Al principio, el grupo de compas que ibamos estabamos un toque deprimidos porque la cantidad de gente en el pretil era poquilla. Pero a medida que le dimos la vuelta a la u, para salir por derecho, las personas se fueron uniendo.
Al final eramos un grupo grandote, y muy diverso, como siempre.
Y me acordé de las fotos de las marchas de "a favor" del TLC. ¡Qué insipidas, por dios!
A tanta cosa el hecho es que esta lucha contra el tlc cada vez me gusta más.
La energía de las gentes es contagiosa.
Se siente la euforia.
Son las voces y los colores, el positivismo de las risas, y de tantas personas apuntadas a hacer un cambio. ¡En la marcha, todas y todos se reían tanto!
A mi la verdad es que siempre me ha gustado ese sentimiento de euforia, por dos razones: por que me parece que las personas eufóricas hacen cosas impresionantes, y porque es una de esas palabras bonitas que empiezan con "e u".
1 comentario:
Eso pasa cuando la gente cree, y lucha consecuentemente. Pobres trabajadores marchando a favor del TLC cuando no saben bien ni qué significa.
Nosotros marchamos con pasión y con razones, por eso llenamos las calles y contagiamos corazones (ahora que están tan de moda), porque estamos seguros.
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